Durante la Guerra Civil española, el Estado Mayor del Ejército nacional carecía de oficiales diplomados que pudieran desempeñar funciones en este transcendental Servicio. Para solventar esta situación, entre 1937 y 1939 se estableció en Valladolid la Academia de tenientes provisionales auxiliares de Estado Mayor, en donde se convocaron un total de nueve cursos.
Este centro de formación militar, que disfrutó de un enorme prestigio, fue muy exigente en la selección de sus alumnos, procedentes en su mayoría del ámbito civil. Para acceder a sus cursos se eligieron a candidatos de máxima confianza, con estudios superiores y un alto nivel de formación, perteneciendo muchos de ellos a las clases sociales más altas. Este perfil del alumnado, así como la acertada elección del profesorado, marcaron la singularidad de la academia de Valladolid respecto a otros centros de enseñanza militar de oficiales provisionales.