Un niño, como tantos en su época, es abandonado a su suerte en el torno de un hospicio madrileño. Son los años duros de la década de los veinte del pasado siglo, y no parece haber llegado al mundo con buen pie. No es afortunado no solamente en su alumbramiento, sino que también su misma existencia parece atraer a las desgracias como un imán al metal. Es debido a esto por lo que sus compañeros, obviando el nombre propio que le pusieron en el hospicio, le apodan Adán; el apellido, a medida que avance su vida, lo tomará él mismo, presciendiendo de la etiqueta de Expósito con que les dotan a todos los niños abandonados.
En el hospicio intima particularmente con dos muchachos, con quienes, allá por su adolescencia, compartirá la aventura de la libertad cuando las circunstancias les fuercen a fugarse. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil y la enorme tragedia que ella supone para todos, les empujará, con trágicos resultados, a sobrevivir a la necesidad con la picaresca aprendida en las siempre condiciones extremas en que se han desarroldo sus existencias.
A caballo entre el humor de la picaresca y lo sombrío de la época en que se enmarca, el autor nos conduce por la preguerra, la Guerra Civil y la posguerra, para finalmente arribar en aquel año de 1975 en que fallece el Dictador, con quien por cuestiones absuras, como todo en la vida de un Expósito, tuvo Adán una peculiar relacion.
Adán Nada es una novela tragicómica pero profunda, absurda, triste, gozosa en ocaciones y siempre investida de la riqueza literaria capaz de estremecer al lector lo mismo que de enternecerle. Una obra pura, inocente y cándida, tal cual son las características de sus personajes: criaturas despreciadas desde la cuna, excedentes de una sociedad que a menudo no sabe qué hacer con ellos.