Escrito clandestinamente en la prisión de Alicante mientras esperaba ser ejecutado, el diario de Enrique Barberá Tomás, Carrasca, es un documento conmovedor, testimonio de ocho meses de infierno, ocho meses con sus noches pasadas en celdas abarrotadas de presos que, como él, esperaban la muerte.
Carrasca, anarquista de Alcoy, cenetista y autodidacta, luchó en el frente de Levante, fue condenado a muerte por un Consejo de Guerra y fusilado cuando apenas tenía 34 años.Tras su muerte, el diario salió de la cárcel camuflado en un petate y fue escondido por su familia, por miedo a las represalias, durante muchos años.
El diario ve ahora la luz gracias al tesón de su hija Marcela, que lo ha conservado como el tesoro más valioso.