Parece incuestionable que hemos heredado un mundo en el que la tecnología está irremisiblemente presente, aunque la percepción de su bondad o perversidad dependerá del análisis de la problemática ambiental que adoptemos.En este sentido, los debates públicos en torno a cuestiones ambientales (contaminación de aguas y aire, parques naturales, biodiversidad, capa de ozono, efecto invernadero, cambio climático) se han convertido en compañeros habituales de nuestros medios de comunicación y los desastres ecológicos recientes provocan encendidas controversias en las que no aparece una sola autoridad incuestionable.Los problemas del medio ambiente no son temas marginales. Han entrado en las instituciones como nuevas categorías del análisis de nuestro presente, como nuevos argumentos retóricos de modernidad y progreso. Sin embargo, no es posible el reduccionismo y la simplificación. Esos argumentos y decisiones acerca de un determinado desarrollo tecnológico y sus repercusiones ambientales son de una gran complejidad y están repletos de factores morales, estéticos, políticos, económicos y emocionales sobre nuestra relación con la naturaleza.Cultura industrial Historia y medio ambiente no propone soluciones fáciles. Su objetivo es proporcionar instrumentos intelectuales, desde la historia en general, y desde la historia de la tecnología en particular, para enriquecer nuestra aproximación a la problemática ambiental; realizar un primer intento de explorar y evaluar el precio que hemos pagado por algunos aspectos tecnológicos de nuestro progreso. Y recordar que no se trata de una problemática estrictamente contemporánea, sino que se remonta a tiempos incluso anteriores al proceso de industrialización de Occidente.Ante un mundo definitivamente globalizado, el autor propone, a partir del estudio de la intersección entre tecnología y medio ambiente, una aproximación más ambiciosa y crítica, un conocimiento más profundo de la huella que ya está dejando en la cultura y la naturaleza la problemática ambiental.