>El arco histórico que va de Kant a Habermas, de la Ilustración a la Postmodernidad, del Idealismo alemán la era de internet, es, sin duda alguna, la época más apasionante del pensamiento filosófico. La Ilustración nace en las Islas Británicas, se ejecuta políticamente en Francia y es pensada en Alemania. Los tres primeros temas de este volumen, dedicados a Kant y Hegel, tienen a aquella como el contexto creativo en el que surgen las grandes ideas que definen la Modernidad: subjetividad, ciencia positiva, diferenciación de las esferas de valor y teoría del estado moderno. El s.XIX supone el gran avance de las ciencias y el impacto de éstas en la experiencia filosófica: positivismo, marxismo y todo tipo de irracionalismos (primacía de la voluntad de vivir, de la voluntad de poder, del individuo, de lo inconsciente, de la existencia, etc.) convergen entre si para luchar contra los grandes sistemas racionalistas hieratizados en Kant y Hegel.


Así, el gran armazón racional, heredado del Idealismo alemán fue hecho añicos desde esas posturas alicortras en cuanto a su racionalidad, pero de gran recorrido en cuanto específicas experiencias filosóficas que recuperaban aquellas dimensiones humanas que, a fuer de estilización, el Idelismo alemán había olvidado y casi enterrado. Las nuevas experiencias filosóficas se fijan en la voluntad de vivir, en la voluntad de poder, en el inconsciente, en el mundo de la vida, en la existencia, en el lenguaje, en la sociedad y en la historia. Verdaderamente espectacular es el impacto del giro lingüístico en todas estas filosofías. La Fenomenología se convierte en Hermenéutica, el marxismo transformado en teoría crítica, se convierte en Pragmática, el psicoanálisis se torna en una hermenéutica de lo profundo, las reflexiones de Heidegger sobre el ser se desplazan hacia el lenguaje como apertura del mundo, la filosofía analítica hace su propio recorrido que va desde Carnap y Frege (primacía de la sintaxis y la semántica) a la pragmática de las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein. Finalmente, el lenguaje crea a través de internet una original forma de interpretar la realidad, esto es, la historia, el mundo y a nosotros mismos.





Antonio M. López Molina