Londres es una ciudad demasiado vieja para pretender conocer todos los pasadizos secretos que oculta en el subsuelo, todas las galerías extrañas en las que de vez en cuando desaparecen seres que nadie encontrará. En los sótanos del Half Moon, un local de la más ínfima categoría al que acude la escoria de la sociedad, donde hay mujeres que aguardan y hombres que llegan, músicos frustrados y escasa luz, también se guarece un diabólico ser que parece gozar de los favores de Mummy White, la serpiente blanca y ciega que protege a quien le rinde culto y es capaz de sujetar la implacable guadaña de la Muerte. Alice ha heredado unas acciones de su tía asesinada por estrangulación que la convierten en parcial propietaria del siniestro club. Ayudada por el psiquiatra Ian Trysh, emprende la búsqueda de un incunable, es decir, un libro anterior al siglo XVI, el Libro de los Antiguos Alquimistas de Chelsea, un texto confuso y plagado de oscuros hermetismos sobre la inmortalidad humana, y que es la única pista para hallar al asesino que se nutre de lo más vital de sus víctimas.