En 2030 habrá 20 millones de adultos mayores en nuestro país. Ante las altas probabilidades de un incremento en el cáncer, Alzheimer, Parkinson y demás enfermedades degenerativas, la pregunta obligada no será ¿por qué envejecemos?, sino ¿de qué manera podemos combatir el envejecimiento?

Mitteldorf y Sagan sostienen que envejecer no es resultado del desgaste del cuerpo, pues no somos máquinas. Nuestro cuerpo tiene la capacidad de impedir el envejecimiento: cuando se encuentra en privación extrema y ante un fuerte desgaste físico, el cuerpo despliega la capacidad de arreglarse por sí mismo. En cambio, si los recursos abundan y el alimento está fácilmente disponible, la necesidad de reparación es mínima e invita a una muerte temprana.

«Este nuevo entendimiento del envejecimiento es provocativo, entretenido e innovador, y desafiará la forma como vemos el envejecimiento, la muerte y lo que nos hace humanos».
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