Esta polémica se centra en dos concepciones de la crítica narrativa: si basta con hacer un análisis funcional de su argumento (Propp) o si debemos integrarlo en una mitología cultural (Lévi-Strauss). Ambas posturas se exponen a veces en tonos agrios, pero siempre guardando el más estricto respeto intelectual hasta el extremo de que lo que tenemos al final es no una mera diatriba personal, sino una oposición de dos formas compatibles de ver la literatura. Los dos se necesitan, son como dos mecanismos inseparables.

Frente a la acusación que hace Lévi-Strauss, merece destacarse la respuesta de Propp: «El método elaborado en la Morfología ofrece la posibilidad de estudiar el género como un todo único, como un sistema, comparando sus argumentos, en lugar de desmembrarlos, considerándolos separadamente como suele hacer la escuela finesa, la cual, en mi opinión, a pesar de sus méritos, es justamente acusada de formalismo».