En este libro, el autor, Fernando Alonso, ha realizado un recorrido subjetivo y sentimental (con sus lagunas e imperfecciones) y ha reunido 35 comercios del centro de Málaga con 50 años de historia como mínimo. Hoy quedan, en el centro de la ciudad, unos 20 comercios que superan los cien años y unos 50 que han cumplido ya el medio siglo de existencia. Alonso confiesa que, durante la investigación, ha ido descubriendo cosas que no sabía, como que José de la Guardia fue amante de Isabel II; que Aurelio Marcos fue jugador del Real Madrid y compañero de equipo de Santiago Bernabeu; que en la antigua farmacia Mamely momificaban cadáveres; que Anthony Quinn compraba en Olimpia siempre que pasaba temporadas en la Costa del Sol; que Severino Mira empezó vendiendo turrones que traía en burros de su Alcoy natal o que en el local de canzados Hinojosa hubo una fábrica de chocolate. Este libro constituye una reivindicación del comercio tradicional malagueño por tres razones: por la profesionalidad de sus comerciantes, la calidad de sus productos y el trato personalizado que recibimos los clientes.